martes, 18 de octubre de 2016

La denominación de las comunas como eje de la participación popular

*Por Paula Penacca, Legisladora del FpV y Presidenta de la Comisión de Descentralización y Participación Ciudadana de la Legislatura porteña. (Para Nueva Ciudad)
La ley de comunas establece que cada comuna debe realizar una consulta popular antes de que la legislatura concrete el nombre, que es el que le reconocerá su identidad. El gobierno, sin embargo, invita a participar a través de mecanismos que dejan afuera a muchos ciudadanos.
En épocas donde el gobierno porteño quiere instalar que la participación es sinónimo de votar por facebook, los barrios luchan por su identidad. En cada comuna, los vecinos luchan y resisten el intento del PRO de “envasar” la identidad de las mismas y transformarlas en objeto de marketing y manipulación.
La defensa de los espacios verdes forma parte de la identidad de varios barrios; en otras, la identidad se defiende garantizando el funcionamiento de los corsos, milongas y peñas, defendiendo a los clubes de barrio de los salvajes tarifazos o pintando murales con los colores que identifiquen esas calles. También, colocar baldosas con los nombres de los desaparecidos de cada barrio es una acción política de resistencia contra el olvido.
La Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, garantiza “la memoria y la historia de la ciudad y sus Barrios” y esto mismo dice la ley de comunas cuando afirma que una de sus funciones es “preservar, recuperar, proteger y difundir el patrimonio y la identidad cultural” de los barrios de la ciudad. En relación a esto, es importante que en cada barrio comience a discutirse la denominación (nombre) de cada una de las quince comunas, teniendo en cuenta la identidad barrial y cultural de las mismas, y asegurando la participación de los ciudadanos en esa decisión. La ley de comunas establece que cada comuna debe realizar una consulta popular antes de que la legislatura concrete el nombre.
El único ejemplo que llegó a concretarse es el de la comuna 9 que realizó la consulta popular en las elecciones del 2015 para denominar a dicha comuna con el nombre de Lisandro de la Torre (donde más de 62.000 ciudadanos votaron por la afirmativa). Otros vecinos en sus comunas están realizando campañas para instalar la discusión. El caso mas notorio es el de la comuna 12, donde los vecinos juntaron 7.000 firmas para que la comuna lleve el nombre del cantante de tango Roberto Goyeneche. Dicha campaña contó con el apoyo de varios artistas y personalidades de la cultura, y en cada aniversario de Goyeneche los vecinos vuelven a reactivar el pedido.
En otras comunas, empiezan a instalarse otros nombres, que van desde “Papa Francisco” hasta “Comuna de los derechos humanos”, aunque aún las juntas comunales no recogieron el guante para iniciar el proceso. La ley 1777 indica que “las Comunas se identifican de la manera consignada en el anexo de la presente ley, hasta tanto los electores de cada una definan su denominación mediante consulta popular convocada por la Junta Comunal. Concluido el proceso de consulta, la Junta Comunal emitirá un proyecto de ley con la denominación propuesta, para su tratamiento por la Legislatura de la Ciudad”.
La denominación numérica actual responde solo a una decisión administrativa, pero está claro que en los barrios se respira mucho más que un frío número. Llamar a una comuna por un número es invisibilizarle la identidad, y hoy en día, la defensa de la identidad no es solo una lucha simbólica, sino también una resistencia contra el neoliberalismo. No en vano, el gran poeta Jaime Dávalos cantaba “Los pueblos que olvidan sus tradiciones no saben de dónde vienen ni saben adónde van, y se convierten en un conglomerado amorfo sin dirección ni sentido…”.

Nosotros entendemos que es importante que los vecinos denominen a sus comunas, no solo por la importancia de defender la identidad de los barrios, sino también para enriquecer la real participación ciudadana. Para el gobierno de Larreta la única forma que les da a los vecinos para “opinar” es desde las redes sociales o en reuniones pre armadas. Con la participación a través de una instancia virtual quedan afuera una enorme cantidad de vecinos que no tienen internet, y con la presencial, sólo pueden hacerse “sugerencias” sobre algunas soluciones que ya fueron previamente planificadas. Quizás respetando la ley de comunas, el gobierno de Cambiemos podría encarar una verdadera participación, quizás solo de eso se trate, de respetar la ley, simplemente.