jueves, 17 de octubre de 2019

Pablo OM: “Hay una sola opción para terminar con el gobierno de Larreta: votar al Frente de Todos”

Afirmó el candidato a presidente de la Junta Comunal 12, por la lista que encabeza Alberto Fernández en Nación y Matías Lammens en la Ciudad de Buenos Aires. El referente territorial de Saavedra, Pablo Ortiz Maldonado, regresa a la candidatura política y habla de una Ley de Comunas que nunca se respetó.
Faltan apenas 15 días para las elecciones generales y, en la Ciudad de Buenos Aires, se abre la incertidumbre de un posible balotaje entre “los dos polos de la grieta”. “Hay una sola opción para terminar con el Gobierno de Larreta: votar al Frente de Todos”, dice Pablo Ortiz Maldonado mientras hace la “V” para saludar a un vecino. Es actual candidato a Presidente de la Junta Comunal 12 por la Lista 502 Celeste y Blanca, y está a cargo de la Dirección de Participación Ciudadana en la legislatura de CABA.
Estamos sentados en un banco del Parque Saavedra, uno de los espacios verdes más significativos del barrio, un barrio sacudido por la tragedia. Durante las inundaciones de abril de 2013, donde seis personas perdieron la vida, Pablo OM era comunero. “Hoy camino por Saavedra y los vecinos siguen hablándome de las inundaciones. Proponemos armar un plan de contingencia y alerta temprana para que, en el caso de una emergencia, los vecinos sepan cómo actuar”, asegura.
Enfrente, empiezan a armar una mesa con sombrilla y boletas. Estamos en plena campaña. Mientras enciendo el grabador, Pablo cuenta que milita en la Comuna 12 hace más de diez años, y que en esta elección vuelve renovado, pero “con el mismo signo político de siempre”, refiriéndose al comunero que entró en la Junta por el Frente para la Victoria y terminó “no en el Frente para la Victoria” (se ríe).

- ¿En qué se diferenciará esta gestión tuya de la anterior?
Principalmente creo que en 2011 fui más el candidato de “La Cámpora” y ahora tiene que ver con otra cosa, con la experiencia que pude resumir en 8 años estudiando las comunas. Y eso es un valor agregado porque, mientras los candidatos hablan otros temas yo puntualizo en las comunas, la descentralización y el presupuesto participativo.

- ¿Qué expectativa tenes para las generales?
- Soy muy optimista y pienso que la figura más importante de la política sigue siendo Cristina Fernández de Kirchner. La esperanza que tiene la gente la tiene por Cristina. El gobierno neoliberal de Macri que empezó en la Ciudad tarde o temprano va a terminar de estallar. Ya comenzó a correr el minutero. Se acaba y viene un peronismo, con un Frente de Todos más diverso, más plural, con nuevas reivindicaciones. Una nueva etapa que empieza el 10 de diciembre.

- Si se repiten los resultados de las PASO, ¿Cómo quedaría conformada la Junta Comunal 12?
- Entrarían 3 del Frente de Todos y 4 de Cambiemos. Pero puede pasar también que entren 2 y 5. Nosotros tenemos que reforzar el voto para el Frente de Todos para que entre el tercer comunero, que es el que está en discusión. El porcentaje de votos está muy peleado.

- ¿Por qué crees que la mayoría de los vecinos no conoce el rol que tienen los comuneros?
- Hay una política activa de Horacio Rodríguez Larreta para que las comunas no se conozcan y que no haya gobiernos en cada una, con cuerpos colegiados, donde la oposición también tenga incidencia y que sean los vecinos y vecinas los que definan las prioridades de cada uno de los barrios. Por ejemplo, la gente se sorprende cuando le preguntas: ¿Sabías que el nombre de las comunas lo tiene que poner el vecino mediante consulta popular?. Y a partir de ahí hablamos de la Ley 1777 de Comunas.

- Una ley que se sancionó pero que nunca se reglamentó…
- La Ley de Comunas es una buena ley que nunca se llevó adelante porque habla de democracia directa. Yo creo que ahora se viene una etapa interesante en las comunas donde habrá gobiernos comunales con presidencias que no van a ser de Larreta. Ahí se van a dar otras discusiones y vamos a tener juntas comunales más diversas. Ahora no hay discusión…

- Porque los quince presidentes responden al Ejecutivo…
- Sí. Entonces hoy en las comunas de la Ciudad hay desregularización, no descentralización. Tenemos un modelo de Ciudad donde el poder está concentrado en el Jefe de Gobierno, que desregula servicios a las comunas para que el vecino y vecina haga trámites. Descentralizar es otra cosa, es que tengamos un gobierno de la comuna, como una pequeña intendencia.

- Pero las comunas tienen presupuesto...
- En realidad, hoy la plata de la Ciudad de Buenos Aires está dentro de una caja que maneja Larreta y la distribuye a las comunas. Pero por ley debería haber 15 cajas. Como Frente de Todos tenemos un proyecto de presupuesto participativo, pero el oficialismo en la Legislatura nunca quiso tratarlo. El presupuesto que hoy tenemos Larreta se lo da directamente al presidente de la Junta Comunal que es del mismo signo político. Y con obras ya “pre-diseñadas” cuando en realidad tendrían que ser los vecinos y las vecinas quienes definan las prioridades de esas obras…

- ¿A través del Consejo Consultivo?
- A través del presupuesto participativo, donde participa el Consejo Consultivo que es el órgano institucional de intervención de los vecinos y vecinas, que hoy está completamente ninguneado. En nuestro proyecto de presupuesto participativo el Consejo Consultivo tiene más incidencia y más participación en la elaboración de ese presupuesto general.

- ¿Cómo piensan darle fuerza al Consejo Consultivo?
- La estrategia es que cada uno de esos colectivos y asambleas barriales participen del Consejo Consultivo, y que los vecinos y vecinas logren dar la pelea por el presupuesto participativo. Porque cuando vean que se puede presentar un proyecto que cambie la realidad del barrio de la Comuna, van a participar más. Si vas y hay violencia, no vas más.

- ¿Cómo ves la Comuna 12?
- Con muchos problemas. Cuando voy a Villa Pueyrredón me encuentro con la problemática de las vacantes. Macri dice “algunos caen en la escuela pública” y yo creo que es al revés, tienen que pagar una escuela privada porque no hay lugar en la pública. También, el problema de los parquímetros: los vecinos tienen pagar para estacionar en la puerta de tu casa. Lammens ya dijo que si asume va a derogar la ley de parquímetros que sancionó Larreta.
Después, el problema de los comerciantes de Villa Urquiza: todos los días cierran comercios por los tarifazos e impuestazos. Y el tema del Hospital Pirovano: nosotros proponemos la puesta en valor del hospital y el aumento de camas de internación.
- Pero los comuneros no tienen incidencia en salud…
- Claro, la salud, educación y deporte no son atribuciones de los comuneros, pero en la Ley de Comunas hay un capítulo que señala son políticas especiales: si bien no va a haber un presupuesto para hacerlo, sí se puede armar un proyecto que puede surgir del Consejo Consultivo. Si sucede, la Junta Comunal tiene la obligación de tratarlo, y si la Junta resuelve algo, la Legislatura tambien tiene la obligación de tratarlo. Es decir, la Junta Comunal tiene iniciativa parlamentaria.
Estamos en desacuerdo con la modalidad que tiene Larreta para definir obras en las comunas. Entendemos que la prioridad la tienen que tener los vecinos mediante una real participación ciudadana y planificación de las obras importantes.

- ¿Si gana el Frente de Todos en la Ciudad, derogarán el proyecto del Túnel de Triunvirato como el de los parquímetros?
- No lo sabemos, porque en realidad le consultaríamos a los vecinos de Villa Urquiza: armaríamos mesas de trabajo entre vecinos, comuna y comerciantes para definir prioridades para el barrio. Buscaríamos acuerdos que es lo que no hace Rodríguez Larreta.
Apago el grabador. Nuevamente Pablo OM saluda a los vecinos haciendo con la mano la “V” peronista. Ya no es ese joven camporista que despertó expectativa en muchos vecinos en 2011 con su postulación, y se terminó desgastando en su lucha con el aparato oficialista. Hoy es un hombre que acumula mucha experiencia territorial y parlamentaria. Además, tiene la posibilidad de tener un Gobierno porteño de su mismo signo político ¿Logrará que comience una real participación Ciudadana en nuestra Comuna?

lunes, 6 de mayo de 2019

16 de junio de 1986, Argentina vs. Uruguay, México '86. “Ganar de nuevo”

Uruguay salió con camiseta blanca, tenía a varias figuras conocidas por los argentinos: el habilidoso Enzo Francescoli y varios defensores rústicos que pegaban patadas en los tobillos, como Nelson Gutiérrez y el capitán Jorge Barrios. Argentina salió con la camiseta suplente, la azul, y su figura indiscutible era el capitán Maradona. El Diego de azul estaba intratable, jugando su mejor partido en los mundiales. Ya en los primeros minutos, una pelota que picó alta entre Maradona y dos uruguayos fue ganada con la cabeza por el argentino que entró al área y tiró un centro perfecto a Valdano, que no llegó a cabecear de forma direccionada. Esa fue la primera. Para condicionarlo, en la jugada siguiente el uruguayo Barrios le impidió a Diego agarrar la pelota, pegándole un codazo con patada incluida, marcando el primer foul violento del clásico sudamericano. 
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En ese partido difícil, áspero, picapedrero, Argentina consolidó al equipo. Oscar Ruggeri salía del fondo con mucha seguridad, tocando la pelota con Burruchaga y Giusti se animaba a pasar la mitad de cancha. A los 42 minutos del primer tiempo, Diego se volvió a enfrentar con el capitán uruguayo Barrios, que le apuntó al 10 argentino, en el tobillo izquierdo, dándole con salvajismo. Esta vez Diego evitó que Barrios lo achurara, lo encaró en velocidad, pero frenó, lo enganchó, como bailando un tango. En esos movimientos mostraba una plasticidad influenciada por una picardía tanguera a la hora moverse. El quiebre de cintura dejó a Barrios desacomodado, Diego hizo pasar sutilmente la pelota entre sus propios pies y lanzó un centro al ras del piso para Batista, que tocó a un veloz Burruchaga que intentó pasársela a Valdano que apenas la rozó. La carambola tanguera terminó en los pies de Pedro Pablo Pasculli que anotó el 1 a 0. 
Desde ese minuto lo de Maradona fue 10 puntos. En el segundo tiempo Diego protagonizó un ballet. En una jugada de paredes con Valdano convirtió un gol que el árbitro invalidó por un foul inexistente. Yo, con cuatro años, me había quedado dormido en la silla, sin que mi hermano se diera cuenta. Gaspar gritó el gol desaforado, sin notar que había sido anulado, y me despertó. Carlos Bilardo también había  gritado el gol, parándose del banco y levantando las manos. Al darse cuenta de que lo habían invalidado, fingió acomodarse el pelo para disimular. Maradona se quejó, le gritó al juez de línea, juró que no había cometido foul ni empujado a nadie. Miró al cielo y le pidió a Dios que cobrara ese gol. El partido siguió 1 a 0, Diego muy veloz, como un pájaro azul que vence a la velocidad del tiempo, corrió con la pelota eludiendo hasta una punta y tiró centros que eran como balas picando cerca del arco charrúa. El único problema era el capitán celeste, Barrios, que cada vez que se cruzaba con Diego le pegaba un tiro en el tobillo. El árbitro ni siquiera le sacó tarjeta amarilla. Pero a los 15 minutos del segundo tiempo pasó algo de película que iba a cambiar todo. 
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El partido jugado en Puebla, México, sufrió un extraño fenómeno meteorológico. Un viento muy fuerte que anticipaba una tormenta ayudó a Uruguay, que puso en cancha a un delantero más para intentar descontar. Con la casaca 18 entró Ruben Paz. El choque del aire templado, típico de Puebla, con el viento cálido ocasionó una tormenta muy agresiva, arrastrando la pelota en el aire para el lado del arco argentino. Estaba el antecedente del terremoto en el estadio Cuauhtémoc. De repente, el cielo se puso negro y unas gotas  anunciaron el temporal. Pumpido vio varias veces disparos de Ruben Paz muy cerca, a una velocidad superlativa por el viento que soplaba fuerte contra su arco. Las banderas en las tribunas no soportaron el viento y empezaron a volar por el aire; también se volaron partes de las cabinas de los periodistas y accesorios de los utileros en los bancos de suplentes. Uruguay le puso garra pero Argentina ganó. El partido terminó 1 a 0, la celeste y blanca sacó pecho en la lucha por la copa. Logró ser equipo, por encima de las buenas individualidades. Es verdad que la actuación de Maradona como un engranaje perfecto entre la mitad de cancha y el área fue decisiva, pero todo el equipo se había ordenado en esa tarea. Si Diego era el motor y las ruedas de ese auto, en el partido contra Uruguay encontró en ese equipo dirigido por Bilardo un esquema ideal para poder llegar a transmitir esas genialidades.

25 de mayo de 2010, Bicentenario. “Ganar de Nuevo”.

A la medianoche del martes 25 de mayo se cantó el himno nacional argentino en todo el país, en cada hogar, en el Teatro Colón, en la Avenida 9 de Julio y, a través de la cadena nacional de Radiodifusión y Televisión, desde el Parque Provincial Ischigualasto ubicado en la provincia de San Juan. El cronograma central del Bicentenario estaba en marcha.
Los presidentes latinoamericanos tenían un alto nivel de popularidad, tanto que salieron a la tarde de Casa Rosada, y con un pequeño cordón y poca seguridad, desfilaron entre los millones de argentinos. Los flameadores de “La Cámpora”, que por esos días habían cambiado de diseño y eran tradicionales banderas argentinas con las letras del nombre de la organización en el medio, flameaban arriba de las cabezas de los presidentes de América del Sur: Rafael Correa (Ecuador), Cristina Fernández de Kirchner (Argentina), Fernando Lugo (Paraguay), Evo Morales (Bolivia), Lula da Silva (Brasil), Pepe Mujica (Uruguay) y el secretario General Néstor Kirchner (Unasur). 
El mejor momento del continente en los últimos cincuenta años resumidos en una foto histórica. En vivo y en directo el desfile se veía rodeado de un clima de armonía y amistad. A la altura del Cabildo, Chávez agarró una bandera y la besó, Cristina guiaba el camino y Evo Morales se fundía en un abrazo con un boliviano que hacía veinte años se había radicado en Liniers. Los presidentes de Sudamérica se parecían a sus pueblos y a su historia; Correa la definía con precisión: “No estamos en una época de cambios, estamos en un cambio de época”. Los presidentes avanzaban entre millones, mi bandera flameaba en la caña, era la misma que agarró Hugo Chávez rompiendo el protocolo por unos instantes. El Cabildo estaba iluminado, cambiaba de color todo el tiempo, primero rosado, luego violeta y rojo, el cielo estaba fucsia, la noche le iba ganando a la tarde, el atardecer se mostraba como una fuerza que unía a todo un continente.
Durante todo el Bicentenario vi crecer la panza de mi compañera. Algo iba a nacer, traía más vida. Ya no podíamos ocultar más esa alegría de sentir que todo estaba cambiando, por más que nos escondiéramos en la rutinaria angustia de la era que quedaba atrás. Pasaba la etapa de las relaciones carnales y llegaba la de unirse con Latinoamérica.
Con mi compañera intentamos comer empanadas salteñas en el stand de Salta, imposible, había cientos de personas en la fila. Me encontré con mis amigos del barrio, Ingrid y Taty, ambos laburaban como guías en el festejo, me dijeron que había más de tres millones.
A la noche cantamos el himno otra vez, comandados por el rosarino Fito Páez, el paranoico Juanse y la murga uruguaya Agarrate Catalina. Con fuegos artificiales, subieron al escenario para cerrar la noche doscientas personalidades, entre las que había músicos, deportistas y actores, ante tres millones de personas. El gobierno de Cristina gozó en esos días del mayor reconocimiento popular.  "Disfruté mucho viendo la alegría de la gente, viendo una conmemoración de nuestros principales hechos históricos, de nuestra identidad. La verdad que fue un día muy feliz para todos los argentinos, fue un día absolutamente inolvidable para todo el pueblo y creo que fue el Bicentenario que todos queríamos, con millones de argentinos en la calle", resumió la Presidenta.