Como
sostuvo Cristina el día que presentó el proyecto de ley de ordenamiento de los
feriados de carnaval a fines de 2010: "Esa alegría que no provoca
violencia, esa alegría que es contagiosa, esa alegría que respeta al otro, esa
alegría que comparte y esa alegría que queremos que vuelva a todos los
argentinos." Gracias a esa medida, se logró instalar la alegría del
carnaval ya que la última dictadura había
eliminado estos feriados del calendario.
Al atardecer del lunes 12, la mística murguera y militante
llegó al Bajo Núñez. Los militantes de La
Cámpora se
lucieron con los trajes característicos de este baile popular y se sumaron al
ritmo de la murga.
Luego, los compañeros bailaron en dos corsos de Saavedra: el primero en Balbín entre Manzanares y Vilela, donde más de un centenar de vecinos disfrutaron de la murga de los Dandy’s. El segundo fue en Balbín entre Pico y Arias, al lado del Parque Sarmiento, un punto emblemático de
El
último festejo tuvo lugar el sábado 16 a lo largo de la Avenida Triunvirato ,
desde Monroe hasta Olazábal. Muchas familias expectantes los aguardaban a lo
largo de la emblemática calle y alentaron su andar con aplausos y baile.
En todas las ocasiones, los
vecinos, acomodados detrás de las vallas o asomados desde sus balcones,
contemplaron entusiasmados a la multitud que avanzaba. Algunos se animaron a
improvisar unos pasos, otros escucharon con atención la canción que
relata la historia de la murga de Boedo, nacida en un viejo conventillo de la
calle Cochabamba en 1956, y su canción crítica hacia la oposición y a sus
personajes como Lanata, Carrió y el Clarinete.
Ya entrada la noche, a pura
espuma y música, los compañeros y vecinos se encontraban sumergidos en la
mística envolvente que caracteriza a los corsos recuperada gracias a la
decisión política de la jefa Cristina.