"Lo más importante no
es la cámara, sino el ojo" , decía Alfred
Eisenstaedt y es la consigna que intentaron inculcar los militantes a los chicos que
participaron en el taller de fotos y fue impresa en cada bolsita de recuerdo
que se llevaron. Con una muestra de fotos con los trabajos que produjeron ellos mismos a lo
largo de las distintas clases, el sábado 13 de julio concluyó la primera parte
de este taller que se llevó a cabo en el Barrio Mitre.
Tras
una combinación de clases teóricas, en donde se trataron conceptos básicos
de la fotografía como el enfoque, el fondo, el objeto principal, colores, y otras
prácticas, donde los niños salieron a recorrer su barrio y captar con la cámara
objetos y lugares siguiendo determinadas consignas, tuvo lugar el cierre, en el que
se montó un muestrario con imágenes tomadas por cada uno de ellos.
Cuando el sol comenzaba a asomarse después de varios días de lluvia, la Plaza se fue poblando de los más pequeños que formaron parte del taller. Con gran entusiasmo y orgulloso, cada uno le mostró a sus papás, tíos y abuelos qué foto había sacado y les explicaban qué representaba para ellos.
Al final de la jornada, se llevaron las fotos de su autoría y una bolsita con sorpresas de recuerdo por la finalización de la primera etapa del ciclo del taller. Con el objetivo de que a través de la observación capten aquello que los rodea y que logren identificarse con su lugar, los chicos comenzaron a recuperar la identidad y sentido de
pertenencia en su propio barrio.